Ahora que se acerca el frío es importante plantearse qué cosas necesitaremos para abrigar correctamente a un bebé que nace en esta dura estación.
Me gustaría compartir con vosotras qué cosas nos resultaron útiles cuando nació nuestra pequeña en lo más crudo del invierno.
Qué llevamos al hospital
En el hospital en el que yo di a luz la ropita del bebé te la proporcionaban mientras estabas ingresada, pero lo que sí llevamos fue una manta que en un arranque de creatividad hice yo misma siguiendo los consejos del artículo «Cómo hacer una manta para bebé«. Así teníamos con qué arrullarla y mantenerla calentita cuando la teníamos en brazos (que era casi todo el tiempo)
Esta mantita nos resultó muy útil, además, para mantenerla bien abrigada en el desplazamiento en coche desde el hospital a casa. Los niños y bebés en el coche deben viajar en su silla correctamente instalada y sin abrigo, por lo que tener una manta gordita a mano nos asegurará que el bebé no tiene frío.
Cómo abrigábamos al bebé cuando porteábamos
Casi desde el principio nuestra hija fue en fular o con su padre o conmigo, ya que el carro lo toleraba muy poco rato. Su primer invierno, que casi todo el tiempo estaba dormida la abrigábamos con un cobertor de porteo como este:
Así la poníamos en el portabebés sin abrigo ella ni nosotros y nos abrigábamos después. Cuando llegábamos a los sitios bastaba con quitarnos el abrigo y el cobertor y, si se había dormido, no hacía falta sacarla del fular para quitarle el abrigo con el riesgo de despertarla. Fue, desde luego, una gran compra y recomiendo su uso a todas las familias que se animan a portear.
Cómo abrigábamos al bebé en la cuna
Una de las cosas que más pánico me daba el primer invierno de vida de mi hija era que se quedara atrapada entre las sábanas y se ahogara. Por este motivo su cuna estaba completamente desnuda, sin chichoneras, ni muñecos, ni sábanas, ni mantas, ni nada que me diera inseguridad. Ya, ya sé que no se movía, y que era casi imposible que ocurriera ese accidente, pero el miedo es gratis y a mí las hormonas no me lo pusieron fácil.
Para abrigarla en la cuna, que además me resultaba muy cómodo para sacarla para darle el pecho sin necesidad de destaparla, usé un saco de capazo como este:
Así aunque moviera los bracitos no podía taparse la cara con nada.
Compré tres, porque tuvimos más de un episodio de vómitos, y siempre tenía que estar lavándolos. ¿Ventaja frente a las sábanas? que no hay sábanas. La cunita la tenía solo con la sábana bajera, con lo que solo tenía que lavar el saco y una sábana, y el saco, además, me valía para meterla en el capazo si algún rato necesitaba llevarla en el cochecito.
Y listo, con esos dos detallitos tuvimos a la niña bien calentita. Veremos si este año se deja abrigar.