El colecho es la practica más o menos novedosa de dormir con nuestros hijos en la cama. Matizo lo de más o menos novedosa, porque si bien desde hace unas décadas se recomendaba dejar al bebé pronto en su habitación para que «se acostumbrara a dormir solo», antes toda la familia compartía cuarto y cama. En otras culturas, de hecho, es normal que los niños duerman con sus padres.
Ahora, es verdad, que la sociedad, los pediatras y los anuncios para bebés nos empujan a comprar cunas y a sacar antes o después a los bebés del cuarto, sin embargo, hay una corriente de familias que decidimos compartir ese espacio con nuestros hijos mientras ellos lo deseen.
Por qué practicamos el colecho en casa
En nuestro caso particular fue cuestión de supervivencia. Mi hija tomó pecho de forma exclusiva durante sus primeros 6 meses de vida y tenerla cerca me facilitaba el descanso a la vez que la alimentaba cada vez que lo necesitaba sin apenas despertarnos.
Pero… ¿es segura esta práctica?
Sí. Es segura, muy segura si atendemos a ciertas normas para evitar accidentes. Os cuento como hacíamos (y hacemos) en casa.
Los primeros meses la niña dormía en una cunita de colecho como esta
Como a mí me daba mucho miedo que se quedara atrapada con las sábanas y se asfixiara manteníamos la temperatura de la casa agradable y dormía con un pijama gordito y un saco.
Tanto la cuna, como si directamente duerme el bebé en la cama, tiene que estar libre de almohadones, peluches y el colchón debe ser firme, para evitar que el bebé pueda ahogarse.
Un par de meses después quitamos la cuna y la niña pasó a dormir con nosotros en la cama. Ella dormía en una orilla protegida de caídas por una barandilla y yo a su lado. Ponerla en medio nos daba miedo por si se quedaba debajo del edredón.
A día de hoy la niña duerme en un somier con patas pegado a nuestra cama y a la pared. Como se mueve mucho sigue durmiendo abrigadita y sin tapar. Los ratos que quiere ella sola gatea hasta meterse en la cama conmigo, pero si quiere estar ancha o le doy demasiado calor se va solita a su cama. Siempre cerca de sus papás.
Qué normas debemos seguir para practicar un colecho seguro
Como ya os he dicho antes el colchón de la cama debe ser firme y la cama debe estar libre de edredones, almohadas o almohadones, peluches o cualquier otra cosa que pudiera tapar la cabeza del bebé.
El bebé siempre debe dormir boca arriba. Cuando él solo es capaz de ponerse boca abajo sí podemos dejarlo dormir así, ya que podrá volver a girar cuando lo desee.
Mientras son muy pequeños es preferible que no duerman en medio de los padres, mejor al lado de la mamá que es la que tiene más despierto su instinto de proteger al bebé.
El bebé no debe compartir la cama con sus padres si estos han tomado alcohol, drogas o medicamentos para evitar que aplasten al bebé al dormir aletargados por el efecto de dichas sustancias.
Tampoco debemos dormir con el bebé si somos fumadores.
Debemos verificar que el bebé no puede quedar atrapado en ningún sito (barandilla mal colocada, cama un poco separada de la pared, cama y cuna de colecho a diferentes alturas…)
Tampoco debemos dormir en la misma cama que el bebé si estamos demasiado cansados o si hemos tenido fiebre.
Y cuando el bebé se duerme, ¿qué?
Dormimos amorosamente a nuestro bebé, al pecho o en brazos, cantándole, mimándole… Y conseguimos que se quede tranquilamente en la cama. Y, entonces, ¿qué?
La primera vez que conseguimos que la niña se quedara en la cama pensamos en disfrutar de una cena en pareja y una buena peli, pero no estábamos tranquilos separados de la niña. A cada momento necesitaba asomarme a la habitación para asegurarme de que todo estaba en orden.
Hablando de esto con mis suegros, a los pocos días nos trajeron un vigilabebés con cámara y audio. Al hacer colecho pensabamos que nunca necesitaríamos algo así, pero es verdad que, las pocas veces que hemos logrado que se quede sola en la cama, poder verla mientras hacemos cualquier otra cosa da mucha tranquilidad.