Aunque en casa comemos muy poca carne y las autoridades sanitarias están cansadas de repetirnos que moderemos su consumo en general, la verdad es que consumiéndola una o dos veces por semana la carne de ternera tiene unas propiedades que no podemos obviar, como su alto contenido en proteínas, hierro y otros elementos esenciales para el correcto desarrollo de nuestros retoños como, potasio, magnesio, calcio y zinc.
Como todo en esta vida hay unas carnes que son mejores que otras. Cuando el consumo va a ser tan ocasional tal y como se recomienda, mi consejo es que compremos una buena carne, procedente de granjas responsables. La ternera ecológica puede ser una muy buena opción.
¿Cuándo puedo ofrecer carne de ternera a un bebé?
Casi todos los alimentos pueden ofrecerse a los bebés desde el inicio de la alimentación complementaria. Y la ternera no es la excepción. No es mala idea que empecemos pronto con alimentos ricos en hierro al inicio de la alimentación complementaria ya sea siguiendo el método BLW o en forma de papillas, ya que a partir del sexto mes de vida la reserva de hierro de los peques disminuye y, por este motivo, se recomienda empezar pronto con legumbres, pescados o carnes, ricas en hierro todas las opciones.
Según sea nuestra dieta así será la de nuestros hijos e hijas, así si en casa somos adictos a los guisos de lentejas, lo normal es que nuestros hijos las coman antes que otros alimentos, sin embargo, si en casa somos carnívoros lo normal es que les ofrezcamos carne. Empezar por uno u otro alimento no tiene ninguna relevancia, si nos aseguramos que la introducción de alimentos va siendo equilibrada y no nos pasamos con la cantidad de proteína que ofrecemos al bebé, estando su exceso directamente relacionado con la obesidad infantil.
Y, ¿cómo podemos ofrecer la ternera a un peque si pensamos hacer BLW?
Ofrecer la carne a un bebé no difiere mucho de ofrecer cualquier otro tipo de alimento, solo tendremos que buscar la manera de ofrecérsela a los y las peques de forma que puedan disfrutarla y comerla de forma segura. Por ellos y para evitar que a los mayores nos de un infarto cuando arranquen un trozo grande con sus dientes inexistentes. Ya sabéis, lo bueno del BLW es permitir que experimenten y coman lo que realmente necesitan, y lo malo lo de los infartos.
Para bebés pequeñitos (siempre de 6 meses en adelante) cortaremos los filetes en tiras para que puedan cogerlo con sus manitas y haremos el corte a contraveta, de forma que puedan desmenuzarlo con sus encías o dientecillos. Para peques que dominen la pinza o que ya sepan usar cubiertos habrá que partiles la carne en trocitos pequeños para evitar que les «haga bola».
Otra forma de ofrecerles la carne es en preparados más elaborados, como hamburguesas BLW caseras o, simplemente palitos de carne picada de ternera. Lo bueno de estas recetas elaboradas en casa es que a la carne le podremos añadir algunas verduras igualmente picadas, huevo y pan rallado para darles la forma más fácilmente antes de meterlos al horno o pasarlos por la sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra.
Os recuerdo que siempre es preferible comprar una buena carne y picarla en casa, si preferimos traerla ya picada a casa buscaremos una carnicería de confianza donde sepamos que tienen la máquina bien limpia y no pican pollo en ella y congelaremos la carne lo más rápidamente posible, ya que la carne picada es el lugar favorito de bacterias como la listeria, la salmonela y la e-coli. Podéis ver info aquí.
