Somos muchas las mamás lactantes a las que nos coincide el inicio de la alimentación complementaria con la reincorporación al trabajo después de sumar a las 16 tristes semanas de permiso por maternidad, las semanas de lactancia y las vacaciones de todos los años colindantes al nacimiento de nuestro bebé.
Este es un momento que nos llena de dudas ya que, además de tener que separarnos del bebé, tenemos que pensar cómo vamos a alimentarlo a partir de ese momento. Hasta aquí había sido más o menos sencillo, teta a demanda y listo, quizá nos habíamos sacado leche en algún momento en concreto para poder dejar al bebé algunas horas y poco más.
Sin embargo, si vas a tener que empezar a ausentarte más de 8 horas al día necesitas un plan sin fisuras para estar tranquila toda tu jornada laboral.
¿Qué opciones tengo para alimentar a mi bebé mientras estoy trabajando?
Las opciones son miles, y poco a poco iréis encontrando la que mejor se adapte a vuestra familia y, sobre todo, a la criatura. Pero hay algunas cosas que sí merecen tenerse en consideración para no dejar flecos sueltos.
Por ejemplo, tienes que pensar quien le va a dar al bebé la alimentación complementaria y cómo. Hay escuelas infantiles que sí contemplan dar de comer a los bebés siguiendo el método BLW y otras que no, igualmente hay familiares o empleados cuidando de bebés que se atreven a hacer el método y otros que no. Si estás segura de que quieres que tu hijo o hija se alimente haciendo BLW quizá una opción sea dejar leche a los cuidadores y ser tú la que vaya introduciendo la alimentación complementaria. O puedes aceptar que el bebé coma papillas y purés mientras tú no estés y ser tú la que le ofrezcas los trozos cuando estés en casa.
Si decides que el bebé solo tomará leche mientras tú no estás tendrás que armarte de paciencia y hacerte con un buen banco de leche.
¿Cómo hacer un banco de leche?
Antes de tener que incorporarte al trabajo tendrás que empezar a extraerte leche. El tiempo que vas a necesitar para sacarte toda la leche que necesitas oscilará entre un mes y dos semanas, dependiendo de vuestras necesidades y de la cantidad de leche que consigues extraer con el sacaleches.
La elección del sacaleches no es un tema menor, ya que vas a pasar tiempo enganchada a él y es importante que estés lo más cómoda posible. Los sacaleches eléctricos son los que de mayor fama gozan y, es verdad, que parece que dan más libertad a las mamás para hacer otras cosas mientras se sacan leche (si se dispone de un sujetador especial o se hacen unos agujeros estratégicos en un sujetador normal).
Sin embargo, hay mamás que refieren que se apañan mejor, o consiguen más leche con los extractores de leche manuales, cada uno de estos sacaleches tienes sus cosas buenas y sus cosas malas, así que tendrás que ver con qué tipo consigues más leche y te sientes mejor. No olvides escoger una copa que se adapte al tamaño de tu pecho para evitar heridas y lesiones con su uso continuado.
Un bebé de 6-12 meses, que ha iniciado la alimentación complementaria, hará tomas de entre 50 y 100ml, así tendrás que contar las tomas que estarás fuera de casa para poder calcular la cantidad de leche que necesitarás guardar.
No hay un momento mejor que otro a lo largo del día para extraer la leche. Hay mamás para las que lo ideal es sacar antes de que el bebé mame, para tener más leche acumulada en el pecho. Otras prefieren sacarse después de las tomas, ya que al haber puesto en marcha todo el mecanismo, consiguen más leche. Para otras lo ideal es sacar de un pecho mientras mama del otro, aprovechando así el subidón de oxitocina por tener al bebé en el pecho. Y otras mamás prefieren sacarse entre tomas. La hora del día o de la noche tampoco es relevante, hazlo tantas veces como necesites y cuando te resulte mejor.
La mejores ayudas para conseguir tu banco de leche van a ser la paciencia y el buen humor. El sacaleches no es tan efectivo como un bebé succionando por lo que es posible que no consigas sacar tanta leche como te gustaría. Algunos trucos para que salga más leche son tener al bebé cerca y oler su cabecita, oler su ropa si no estás con él, ver fotos o vídeos suyos y, sobre todo, no desesperarse. Cada gota de leche que saques es muy valiosa. Y podrás juntarla con otras gotas que hayas conseguido hasta tener una bolsita congelada.
¿Cómo se almacena la leche materna?
La leche que saques la puedes almacenar en la nevera, en la parte más fría, hasta 5 días sin problema. Pero si lo que quieres es un banco de leche lo suyo es que la congeles. La leche que está a la misma temperatura y que es del mismo día se puede mezclar, así que puedes guardar leche en la nevera hasta llenar una bolsita de 50 ml y entonces meterla en el congelador, donde aguanta sin problemas hasta 6 meses a -20º. Cada bolsa deberá tener la fecha de extracción, para evitar darle al bebé una leche demasiado vieja.
Siempre se recomienda congelar leche en pequeñas cantidades, y descongelarla conforme el bebé la necesita. La leche descongelada aguanta hasta 24 horas en la nevera, pero si el bebé ya ha bebido de ella hay que desecharla tras la toma. Por eso ofrecer al bebé poca cantidad de leche es garantía de ir a tirar muy poca.
¿Y si no consigo bastante leche?
La leche del banco va a ser para emergencias más que para las tomas diarias del bebé. Piensa que en las horas que estés en el trabajo también vas a necesitar sacarte leche y, si puedes sacarte en condiciones adecuadas de higiene y dispones de nevera en tu puesto de trabajo, o incluso, con una nevera de hielos, podrás llevarte esa leche a casa para que la tome el bebé al día siguiente, además el tiempo que estés en casa también podrás sacarte leche y los fines de semana podrás reponer lo que se haya gastado del banco.
¿Qué puedo hacer con la leche que está cerca de caducarse?
Siempre tienes que tratar de ofrecer al bebé la leche más vieja que tengas en el congelador, de esta forma no se te caducará y siempre tendrás el banco con leche en condiciones.
Pero si tu bebé ya está más grandecito y te sacas más leche de la que finalmente el o ella bebe mientras tú no estás, siempre puedes aprovechar esa leche para hacer elaboraciones culinarias que tradicionalmente llevan leche de vaca, no recomendada hasta los 12 meses de los bebés.
¿Te animas a preparar unas tortitas con leche materna?